Otros opinan que muchas otras suenan demasiado "a canción", como las melodías de las marchas de Pascual González, genialmente instrumentadas y armonizadas por Pedro Morales. Quizá la melodía, en estos casos, no sea apropiada (¿qué es "apropiado"?) para sonar tras un paso, o puede que le tengan ojeriza al cantor de Híspalis.
¿Cómo, se preguntan muchos, puede sonar tras un paso una melodía que originariamente invocaba a una "gitana canastera" enamorada o al mismísimo río Guadalquivir? ¿Herejía? ¿Ateísmo? ¿Mal gusto?
Cuando reflexiono sobre estas cuestiones, me viene a la mente un par de adaptaciones a marcha fúnebre sobre motivos de la ópera "Tosca", de Puccini. Las tremendas y apasionadas melodías de la ópera encajan a la perfección en el patetismo de la Semana Santa. Nadie nunca ha cuestionado las adaptaciones a marchas procesionales de óperas como "Tosca". Lógicamente, dejan de lado las escabrosas escenas del asesinato de Scarpia por parte de Tosca, o el fusilamiento de Cavaradossi, el amante de Tosca.



A mí, personalmente, me da exactamente igual la procedencia de las melodías a la hora de ser adaptadas a marcha procesional. Tanto si es una gitana canastera, como si es Tosca acuchillando al barón Scarpia o presenciando el fusilamiento de su amado. El caso es vibrar y disfrutar del resultado como marcha procesional.
(Otra historia es si vibro o disfruto con alguna marcha aquí mencionada.)